Es muy común en fútbol base ver la situación en la que en el saque
de centro el entrenador manda a sus niños un lanzamiento directo, en el que se
dispara a portería con la pretensión de hacer algo. Es algo muy efectivo,
sobretodo en benjamines de 2º año o alevines, categorías en las que las
condiciones físicas como la fuerza empiezan a desarrollarse. Todos los fines de
semana, en cada campo, en cualquier ciudad de España se repite esta acción,
desafortunadamente con acierto para aquellos que lo practican.
Casi siempre se suele dar que los entrenadores que practican esta
acción y la incorporan en su plan de acción estratégico son aquellos que optan
por un clima motivacional orientado hacia el rendimiento, que buscan “ganar
como sea”, y en ese “como sea” se olvidan de que antes de entrenadores
somos formadores.¿ Alguien ha visto alguna vez un gol desde el centro del campo
en fútbol 11 en un saque de centro? Si es asi, me gustaría verlo. No creo que
sea una forma de actuar acorde con la que se requiere en un entrenador de
fútbol base. Debemos tener muy claro, amigos “entrenadores” que trabajando con
niños somos un modelo para ellos y que todas las actitudes y comportamientos
que vean en nosotros serán reproducidas con exactitud por ellos, y muchas veces
estas actitudes no son correctas, protestamos al árbitro, faltamos el respeto
al entrenador rival … Si a ello le sumamos que en vez de enseñarles a que
jueguen al fútbol y entiendan el juego, queremos única y exclusivamente ganar,
algo estamos haciendo mal.
Está demostrado por estudios científicos que un alto porcentaje de
adolescentes que abandona su práctica deportiva ha estado haciendo deporte bajo
un clima orientado al éxito. Por tanto, debemos tener claro cuál es nuestro
objetivo y trabajar en esa dirección, ya habrá tiempo de ganar y proponer todo
tipo de artimañas en ese intento, mientras tanto, formemos, enseñemos
fundamentos técnico-tácticos que sirvan al niño-jugador a progresar y
centrémonos en aprender y mejorar día a día y en consecuencia obtendremos buenos
resultados. Si cuando lo logramos hacemos ver al niño que lo ha logrado con
esfuerzo y gracias a la intensidad puesta en el aprendizaje de X habilidad
estaremos atribuyendo el éxito a locus de control interno (lo que podemos
controlar) y así el niño estará motivado en aprender y mejorar porque así se
siente competente.
Creo que en este sentido es importante crear inteligencia
táctica en el niño-jugador. ¿Y a qué nos referimos con esto? Crear un ambiente
donde el jugador además de desarrollarse físicamente y a aprender y a mejorar
aspectos técnicos, sepa desenvolverse en multitud de situaciones que se le
presenten en el juego, aprenda a jugar en distintas posiciones, con diferente
sistema … Para ello, es muy importante que el entrenador le haga saber
por qué queremos que actúe de cierta forma, para que así sea capaz de
comprender el juego por si solo, dicen que el mejor entrenador no es aquel que
forma robots que reproducen sus órdenes, si no aquel que con las situaciones de
entrenamiento consigue que el jugador en el partido esté preparado para
resolver las situaciones que se presentan en el juego por sí solo.
Volviendo al asunto principal de este artículo, creo que todos los
factores que influyen en el juego han de ser revisados en este intento común de
padres, entrenadores, árbitros, federaciones, de formar al niño-jugador. Un
factor muy importante en este proceso son las reglas del juego, con ellas
podemos influir en cualquier parámetro, físico, técnico-táctico o psicosocial.
Nos centraremos en la regla del saque de centro. El saque de centro tanto en
fútbol 11 como en fútbol 8 se hace hacia delante y es un libre directo, por lo
que puede ser golpeado el balón directamente a portería. Es ahí donde queremos
influir, para evitar que se produzca ese golpeo, por lo que lo que proponemos
es que se saque obligatoriamente en fútbol 8 hacia atrás y el equipo poseedor del
balón tenga que iniciar el juego así. Supondría un cambio con fútbol 11, en el
que se saca hacia delante, pero creo que esa diferencia no es muy significativa
y tenemos bastantes categorías (infantil,cadete,juvenil) para adaptar al
jugador a ese pequeño cambio.
Espero que este artículo provoque una pequeña reflexión en todo el
colectivo relacionado con el fútbol base, y nos haga replantearnos a todos,
cualquiera sea nuestro rol, cuál es nuestra actuación respecto al objetivo de
formación integral del niño, que es lo mas importante en el deporte base.
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