lunes, 30 de septiembre de 2013

Clima motivacional orientado a la tarea en fútbol base

Es muy común en fútbol base ver la situación en la que en el saque de centro el entrenador manda a sus niños un lanzamiento directo, en el que se dispara a portería con la pretensión de hacer algo. Es algo muy efectivo, sobretodo en benjamines de 2º año o alevines, categorías en las que las condiciones físicas como la fuerza empiezan a desarrollarse. Todos los fines de semana, en cada campo, en cualquier ciudad de España se repite esta acción, desafortunadamente con acierto para aquellos que lo practican.

Casi siempre se suele dar que los entrenadores que practican esta acción y la incorporan en su plan de acción estratégico son aquellos que optan por un clima motivacional orientado hacia el rendimiento, que buscan “ganar como sea”, y en ese “como sea”  se olvidan de que antes de entrenadores somos formadores.¿ Alguien ha visto alguna vez un gol desde el centro del campo en fútbol 11 en un saque de centro? Si es asi, me gustaría verlo. No creo que sea una forma de actuar acorde con la que se requiere en un entrenador de fútbol base. Debemos tener muy claro, amigos “entrenadores” que trabajando con niños somos un modelo para ellos y que todas las actitudes y comportamientos que vean en nosotros serán reproducidas con exactitud por ellos, y muchas veces estas actitudes no son correctas, protestamos al árbitro, faltamos el respeto al entrenador rival … Si a ello le sumamos que en vez de enseñarles a que jueguen al fútbol y entiendan el juego, queremos única y exclusivamente ganar, algo estamos haciendo mal.
Está demostrado por estudios científicos que un alto porcentaje de adolescentes que abandona su práctica deportiva ha estado haciendo deporte bajo un clima orientado al éxito. Por tanto, debemos tener claro cuál es nuestro objetivo y trabajar en esa dirección, ya habrá tiempo de ganar y proponer todo tipo de artimañas en ese intento, mientras tanto, formemos, enseñemos fundamentos técnico-tácticos que sirvan al niño-jugador a progresar y centrémonos en aprender y mejorar día a día y en consecuencia obtendremos buenos resultados. Si cuando lo logramos hacemos ver al niño que lo ha logrado con esfuerzo y gracias a la intensidad puesta en el aprendizaje de X habilidad estaremos atribuyendo el éxito a locus de control interno (lo que podemos controlar) y así el niño estará motivado en aprender y mejorar porque así se siente competente.

 Creo que en este sentido es importante crear inteligencia táctica en el niño-jugador. ¿Y a qué nos referimos con esto? Crear un ambiente donde el jugador además de desarrollarse físicamente y a aprender y a mejorar aspectos técnicos, sepa desenvolverse en multitud de situaciones que se le presenten en el juego, aprenda a jugar en distintas posiciones, con diferente sistema …  Para ello, es muy importante que el entrenador le haga saber por qué queremos que actúe de cierta forma, para que así sea capaz de comprender el juego por si solo, dicen que el mejor entrenador no es aquel que forma robots que reproducen sus órdenes, si no aquel que con las situaciones de entrenamiento consigue que el jugador en el partido esté preparado para resolver las situaciones que se presentan en el juego por sí solo.

Volviendo al asunto principal de este artículo, creo que todos los factores que influyen en el juego han de ser revisados en este intento común de padres, entrenadores, árbitros, federaciones, de formar al niño-jugador. Un factor muy importante en este proceso son las reglas del juego, con ellas podemos influir en cualquier parámetro, físico, técnico-táctico o psicosocial. Nos centraremos en la regla del saque de centro. El saque de centro tanto en fútbol 11 como en fútbol 8 se hace hacia delante y es un libre directo, por lo que puede ser golpeado el balón directamente a portería. Es ahí donde queremos influir, para evitar que se produzca ese golpeo, por lo que lo que proponemos es que se saque obligatoriamente en fútbol 8 hacia atrás y el equipo poseedor del balón tenga que iniciar el juego así. Supondría un cambio con fútbol 11, en el que se saca hacia delante, pero creo que esa diferencia no es muy significativa y tenemos bastantes categorías (infantil,cadete,juvenil) para adaptar al jugador a ese pequeño cambio.

Espero que este artículo provoque una pequeña reflexión en todo el colectivo relacionado con el fútbol base, y nos haga replantearnos a todos, cualquiera sea nuestro rol, cuál es nuestra actuación respecto al objetivo de formación integral del niño, que es lo mas importante en el deporte base.










 Javier Madrid Pedreño


















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